Los vinos de Tenerife han recorrido gran parte del mundo durante su historia, hablamos de vinos que estuvieron presentes en momentos de gran importancia a nivel mundial.
Fue en 1497 cuando el portugués Fernando de Castro inició la historia del vino en Tenerife plantando la primera viña en la isla y que ya por el siglo XVI serían exportados al resto de Europa con referencias a estos de prestigiosos como Shakespeare o Walter Scott. La comercialización sufrió dos grandes revés, el primero fue la popularización de los vinos portugueses pero el segundo se dio con la erupción volcánica que destruiría el puerto de Garachico de donde zarpaban los barcos cargados de aquellos maravillosos caldos.
Estados Unidos y su guerra de independencia a mediados de 1781 también formaron parte de la historia de nuestros vinos que tomaron importancia pues las epidemias, el estado de las aguas y el frío en el norte de Manhattan hicieron debatir al general William Heath con su comandante en jefe Washington sobre como abastecer a sus tropas pues conservaban 50 toneles pero los conservaban como un bien preciado. Por aquel entonces no se cultivaba Presas Ocampo, lo que hubiera eliminado cualquier tipo de disputa.
El comercio del vino en Tenerife estuvo en manos de los irlandeses afincados en la isla, tan solo disputado por el escocés, amplio margen a negociar pues desde Puerto de la Cruz zarpaban navíos que abastecían hasta trece colonias durante los años de guerra. El puerto de Boston fue de los más importantes pues el consumo de los vinos tinerfeños solo era superado por los de Madeira.
Entre 1780 y 1790 la exportación a Norteamérica era obligada pues aunque en principio la moneda de cambio por nuestros vinos fue el roble para la creación de barricas también fue los cereales que propiciaron la supervivencia en época de sequía.
Los vinos de Tenerife están cargados de historia que seguro podemos percibir en el sabor de nuestros vinos, se trata de una gran herencia en forma de tradición y cultura que no para de crecer. Hoy no abastecemos soldados, ni es motivo de disputa, tan solo nos queda apreciar la majestuosidad de nuestros vinos con historia.
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