Cuaresma, vino tinto y torrijas, una suma que no puedes dejar pasar.

Se acerca una época del año que cuenta con ciertos aderezos típicos. En este caso los dulces de Carnaval y de Cuaresma.

Las torrijas, ese plato de aprovechamiento que nos endulza las tardes del final del invierno.

Las torrijas son una receta extendida por toda Europa, con sus diferencias sutiles. Sus ingredientes simples y al alcance de la mayoría las convierten en una merienda muy socorrida.

Estos trozos de pan duro, mojados en leche y fritos en huevo hacen que a más de uno le caiga la baba.

Lo mejor para su elaboración es tener a mano un pan viejo, de varios días. Casi mejor dejarlo endurecer ya cortado en rebanadas de uno o dos dedos.

Llegado el día de la preparación se remojan en un almíbar ligero de vino tinto justo antes de pasarlas por el huevo.

Es importante que se humedezcan pero no se rompan.

Cuando estén doradas las colocamos sobre un papel de cocina y las espolvoreamos con una mezcla de azúcar y canela.

El toque final y exquisito se lo podemos dar elaborando una deliciosa miel de vino.

Para hacer la miel de vino colamos el almíbar que sobre de remojar el pan. Le añadimos vino y azúcar, y lo reducimos hasta obtener una miel de vino espesa.

Luego todo es cuestión de gustos. Hay quién las prepara con vino blanco, con cava o simplemente con leche.

Pero si queremos conseguir ese toque exquisito la miel de vino tinto es una apuesta segura.

Para esto te recomendamos nuestras variedades de tinto. Desde el Presas Ocampo Tinto Joven hasta el Presas Ocampo Maceración Carbónica.

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