Cuando elegimos un vino para acompañar determinada comida o, simplemente, deleitarnos con una copa en nuestro tiempo libre, es importante tener en cuenta determinados factores para resaltar el sabor y la propia experiencia. Elegir un buen vino por supuesto, pero también el tipo de copas en las que lo servimos, la temperatura… Todo cuenta.
El vino forma parte de la gastronomía y por ello hay determinados aspectos que, si cuidamos, notaremos en su degustación. Muchas veces nos esforzamos en elegir un vino que maride con el menú, buscamos un vino de una gran añada… Pero luego fallamos en cosas tan fundamentales como la temperatura. Pues bien, hoy vamos a darte una serie de consejos para que eso no vuelva a ocurrir.
A qué temperatura debemos servir cada tipo de vino
En primer lugar, existen diferentes maneras de saber con exactitud qué temperatura tiene el vino, desde vinotecas hasta termómetros especializados. Es importante saber que cada vino necesita una temperatura diferente.
Los vinos tintos son los que menos frío necesitan. En general suelen servirse entre los 14º y los 18ºC de media, pero si lo analizamos por tipo de vino vemos algunas diferencias. Los tintos jóvenes pueden llegar a servirse a 12ºC mientras que los crianzas se hace entre los 16ª y los 18ºC y las grandes añadas a 20ºC.
En cambio, si hablamos de vinos blancos la temperatura desciende considerablemente. Es un vino que se disfruta frío, así que la media ronda los 8º y los 10ºC. Los vinos blancos y secos se suelen tomar entre los 7º y 10ºC, los vinos blancos afrutados se suelen servir a unos 6ºC y, por último, los blanco crianza se sirven con una temperatura superior: entre los 10º y 12ºC.
Por su parte, los vinos rosados suelen servirse entre los 6º y 8ºC.
Con esta información seguro que disfrutas más de tus vinos favoritos de Presas Ocampo. ¡Salud!
