El vino es el resultado de muchos meses de trabajo. No solo supone el cuidado de la viña, también incluye un proceso de elaboración en el que cada paso es fundamental para producto final.

En Presas Ocampo ya hemos hablado en varias ocasiones de las diferentes etapas por las que pasa la vid a lo largo del ciclo, dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos.

Durante el proceso de elaboración del vino, las levaduras tiene una importancia fundamental. Las levaduras son organismos unicelulares que podemos encontrar en la naturaleza, de diferentes formas. Pertenecen al reino animal de los hongos y gracias a ello elaboramos no solo el vino, sino muchos otros productos.

Debemos tener en cuenta que las levaduras ayudan a descomponer o transformar unas sustancias en otras, es lo que conocemos como fermentación. Alimentos como el pan, el queso, los yogures, etc. pasan también por este proceso.

Las levaduras y el vino

Las levaduras, en el proceso de elaboración del vino, son las responsables de la mayor parte de fermentación de los azúcares del mosto, ya que son muy resistentes a las altas concentraciones de alcohol y anhídrido sulfuroso.

Las levaduras pueden llegar al mosto de manera natural, a través de las propias levaduras de la uva (levaduras autóctonas), también a través de las propias barricas o artificialmente, introducidas por el ser humano. En este último caso hablamos de levaduras seleccionadas, secas y forma de polvo.

Las levaduras cumplen su ciclo vital como cualquier ser vivo. Nacen, se reproducen y mueren. En este caso, se alimentan del azúcar y ciertos ácidos, y defecan gas y alcohol. Es decir, las levaduras crean la fermentación alcohólica.

 

 

 

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