El vino de Canarias tiene una serie de peculiaridades que le otorga un valor añadido que lo diferencia del resto. Por la posición geográfica de nuestras islas, así como la altitud y su clima, el vino canario es único e irrepetible.
Aprovechar los recursos naturales de nuestro propio entorno es, además de un privilegio, una oportunidad para la innovación en el sector del vino. Los vinos sumergidos de Presas Ocampo son un claro ejemplo de ello.
A dieciocho metros de profundidad, en las aguas del Océano Atlántico, en la costa canaria, se encuentra una pequeña parte de la bodega de Presas Ocampo, junto con otras bodegas en el proyecto de Bodega Submarina de Canarias.
De este modo, una selección de vino envejece en unas condiciones muy peculiares. Con una temperatura, humedad, presión, gravedad y condiciones de luz muy específicas y, sobre todo, únicas, obtenemos un vino joven y fresco.
El proceso de envejecimiento en esta bodega submarina tiene una duración aproximada de 3 meses, momento en el que se comercializa botella por botella.
En cuanto a su nota de cata podemos diferenciar varios aspectos:
En la parte visual, nos encontramos con una capa alta, de color rojo granate y ribete violáceo. En la parte olfativa, unos recuerdos a barrica (café, cacao, torrefactos y regaliz) junto con una fruta madura y notas compotadas.
Por último, en cuanto al sabor: aterciopelado, bien equilibrado, con un retrogusto largo y persistente.
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