Hoy nos hemos encontrado con un interesante artículo de Ruth de Andrés, que nos habla de una deliciosa mezcla: los postres acompañados del vino dulce. Si bien es cierto que parece que el postre siempre debe acompañarse con el café, la verdad es que los amantes del vino preferimos degustarlo con un vino que resalte su sabor. Pero, ¿es esto posible?
Es posible, y además un placer para el paladar, pero eso sí, debemos saber elegir el vino correcto para cada postre. La buena noticia es que no tenemos por qué ser grandes expertos para ello, al menos no después de conocer los trucos que vamos a enseñar hoy.
¿Cómo maridamos un postre con un vino? Las claves para hacerlo fácilmente
Lo primero que debemos aclarar es que no hablamos de cualquier vino, sino de vino dulce. De otra manera nos perderemos sabores por el camino. Una norma no escrita que suele funcionar muy bien, es que cuanto más oscuro es el postre, mejor le acompaña un vino más tinto. Y funciona.
Para elegir un vino con el postre debemos fijarnos en dos conceptos: la acidez y la textura:
La acidez: Debemos acompañar la acidez de ambos elementos, es decir, si tomamos un postre ácido (de frutas, por ejemplo) y tomamos un vino muy dulce, no disfrutaremos ni de uno ni de otro. Debemos buscar el equilibrio de acidez, por ejemplo con un semidulce, un Sauternes o un Riesling.
La textura: Cuando hablamos de postres cremosos, con más consistencia, el vino dulce será ideal. Un Moscatel, Pedro Ximénez o un Oporto nos hará disfrutar de postres tan sabrosos como pueden ser tartas de chocolate, arroz con leche, flan… En Presas Ocampo esperamos que a partir de ahora seas capaz de disfrutar aún más del momento más dulce con postres y vinos. ¿Con qué vino de Presas Ocampo acompañarías tu postre favorito?