Seguro que en muchas ocasiones has oído que el vino blanco se toma con pescado y el vino tinto con carne, pero ¿por qué? ¿Cómo puede ser real una afirmación tan categórica? Pues bien, precisamente con el artículo de hoy queremos demostrar que no todo es blanco o negro, y que el maridaje de las mejores recetas puede darse hasta con los vinos más inesperados.
La razón científica por la que se evita el vino tinto con el pescado es porque se ha demostrado que a mayor contenido de hierro en el vino, peor sabor en boca deja acompañarlo con pescado, produciendo un sabor metálico que puede llegar a ser muy desagradable. ¿Y cuáles son los vinos que mayor contenido en hierro tienen? Efectivamente, los tintos.
Hay vinos tintos que pueden acompañarse con pescado y vinos blancos que pueden acompañarse con carne
La cuestión es que existen excepciones, sobre todo porque los gustos de cada cual no siguen reglas generales. En principio, lo que debemos evitar es un vino tinto con alto contenido en hierro a la hora de acompañar un pescado. En ese caso, nos podría servir un vino tinto joven, por ejemplo. También es cierto que depende del pescado que sea y, sobre todo, en la forma en la que esté preparado.
Por su parte, el vino blanco puede ser una gran elección a la hora de acompañar carnes blancas, aunque también influirá en el modo en el que estén cocinadas. Hay que tener en cuenta que la carne blanca tiene un sabor suave y ligero, por lo que un vino tinto con mucho cuerpo posiblemente no sea lo más recomendado.
En definitiva, desde Presas Ocampo, además de contestar a la famosa incógnita de por qué el vino blanco suele acompañar al pescado, queremos animarles a dejarse llevar por su instituto y gusto, quizás den con maridajes espectaculares, perfectos para su paladar.
